Perfil emprendedor

El perfil de un emprendedor fue cambiando a lo largo de la historia, pero siempre tuvo un denominador común: son personas dispuestas a correr riesgos.

Según Andrés Colombo, uno de los tutores de la Incubadora de Empresas de la UNC, “un emprendedor debe tener ganas y una visión que demuestre ambición, no por el dinero, sino por crear, hacer cosas nuevas, grandes”. Lorena Talbot coincide con esa descripción y agrega: “Tienen que ser personas dinámicas, que busquen mejorarse todo el tiempo. Además deben saber que a veces van a tropezarse varias veces hasta dar con el éxito que buscan”.

El Centro Estratégico para el Crecimiento y Desarrollo Argentino elaboró un perfil del emprendedor argentino:

La mitad de ellos proviene de hogares donde el padre ejercía una actividad independiente, y la mayor parte reconoce la influencia familiar en la cultura del trabajo duro y en el valor positivo de solucionar problemas.

Dos de cada tres emprendedores fundaron su primera empresa entre los 20 y los 35 años, y alrededor de la mitad creó más de una a lo largo de su vida. 

La mayoría de los emprendedores lo hace en conjunto, razón por la cual son poco frecuentes los emprendimientos unipersonales.

En su mayoría, han financiado sus emprendimientos con ahorros personales o familiares, y en mucha menor medida, a través de préstamos bancarios.

La mayor parte de sus clientes son otras empresas, tanto pequeñas como medianas, con las cuales no suelen generar articulaciones productivas que permitan abrir nuevos espacios de crecimiento dinámico.

Reconocen la importancia de su formación universitaria en el conocimiento técnico adquirido, la capacidad para solucionar problemas y la posibilidad de relacionarse eficientemente con otras personas.

La capacidad de innovación es el rasgo que diferencia a los argentinos del resto de los emprendedores latinoamericanos, debido a que cuentan con altas tasas brutas de matriculación universitaria y formación en ciencia y técnica.