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Antes de Sarmiento se enseñaba ciencia en la Universidad

Lo aclara Lewis Pyenson, reconocido historiador de la ciencia norteamericano que colabora con un capítulo del libro acerca de los 400 años de historia de la UNC. Contradice así la creencia, fuertemente arraigada en el imaginario popular, de que el creador de la Academia Nacional de Ciencias y el Observatorio Astronómico de Córdoba fue también el precursor de la enseñanza de disciplinas científicas en la Casa de Trejo. [07.05.2012]

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“Física y Astronomía se enseñaban en la Universidad de Córdoba antes de la reorganización impulsado durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento, por lo que no toda la educación se abocaba al Derecho como históricamente se creyó”, afirma Lewis Pyenson, historiador de la ciencia y docente de la Universidad de Michigan Occidental (Estados Unidos), quien se encuentra colaborando con el libro sobre los 400 años de historia de la Universidad.

Esta aseveración confronta con la creencia, fuertemente arraigada, de que la enseñanza de disciplinas científicas no se incorporó en la Universidad de Córdoba hasta la llegada de Sarmiento a la Presidencia de la Nación y se iniciativa de crear el Observatorio Astronómico y la Academia Nacional de Ciencias.

Pyenson llegó a esta conclusión luego de consultar los archivos históricos de la Universidad Nacional de Córdoba y la Academia Nacional de Ciencias con el propósito de conocer cómo era la enseñanza de la ciencia entre la Declaración de la Independencia (1816) y comienzos del siglo XX (1900).

Para él, la documentación consultada revela la existencia de la educación en disciplinas científicas -como física, matemática y astronomía-, y un elevado nivel de la enseñanza, respaldado en los conocimientos que se impartían y el material bibliográfico que se utilizaba.

Los textos que se utilizaban en la época demuestran un nivel de madurez de la ciencia mucho más elevado que el atribuido hasta ahora. “Se trata de volúmenes muy buenos, que datan de 1840 y 1850. Con esos mismos libros y procedimientos se enseñaba Física en las universidades norteamericanas en 1850, por lo que el nivel era el mismo”, sostiene.Ïnstrumentos

Aunque su investigación continúa en curso, Pyenson supone que incluso los estudiantes de Abogacía debían aprobar Física, -incluyendo en ella conocimientos de Astronomía y Matemática-, para obtener el título.

De confirmarse esta hipótesis, esto podría estar relacionado a la concepción de una formación universalista que –según Pyenson- irrumpe con el nacimiento de la República y la secularización de la Universidad, es decir, “surge esta noción de conocimiento general que no es teológico o religioso”, agrega.


Circulación del conocimiento

Más allá de la enseñanza de las ciencias en la UNC, Pyenson indagó, sobre la manera en que circulaba el conocimiento científico a finales del siglo XIX y con posterioridad a Sarmiento.

Los archivos de la Academia fueron muy útiles a este propósito, ya que albergan toda la correspondencia de aquellos años, hecho que Pyenson considera excepcional. “Con los documentos conservados uno puede reconstruir una imagen, día a día, del proceso de producir conocimiento y responder preguntas acerca de cómo se generaba el conocimiento y cómo se llegaba a editar libros como los que conserva la Academia”, destaca el historiador.

pyenson.pngContar con un archivo tan completo a pesar de haber transcurrido más de un siglo, le permitió reconstruir la manera en que se realizaba un libro o un boletín de la Academia, las idas y venidas entre autor e imprenta hasta llegar al producto final, y todo ello a pesar de las complejidades técnicas y las complicaciones que imponían la distancia y los sistemas de comunicación de la época.

Pyenson señala que en el período en el que la Academia Nacional de Ciencias comienza a publicar sus boletines y libros, había tecnología disponible en la Argentina y personas capacitadas para ello, impresores que eran, en su mayoría, inmigrantes europeos.

Para el historiador, los editores de fines del siglo XIX fueron colaboradores científicos y literarios del investigador, ya que eran éstos quienes les indicaban a los investigadores qué cosas eran factibles de hacer en la publicación y cuáles era necesario hacer de otro modo, así como la manera más apropiada para ello. “Los impresores fueron, en cierto sentido, intelectuales”, concluye.

 

Quién es Lewis Pyenson

Lewis Pyenson es Profesor de Historia en Western Michigan University, miembro correspondiente de la Academia Internacional de Historia de las Ciencias y de la Sociedad Real de Canadá.
Es autor de libros de matemática y física en Alemania (en particular, El Joven Einstein [Alianza]) y una trilogía acerca de las ciencias exactas y el imperialismo de Alemania, los Países Bajos y Francia durante los siglos XIX y XX.
Además, es coautor de un estudio general sobre historia de la ciencia, Servants of Nature (Norton/HarperCollins). Su más reciente producción intelectual, The Passion of George Sarton (American Philosophical Society), examina la conexión entre un matrimonio de principios del siglo veinte y el desarrollo de una disciplina académica en los Estados Unidos de América. Actualmente se encuentra escribiendo sobre la historia de la ciencia y el arte en la modernidad.

Por Mariana Mendoza | mmendoza@comunicacion.unc.edu.ar

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