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Un Gliptodonte y tres Pteranodones cobrarán vida en Tecnópolis 2012

Animales extintos robotizados es la propuesta de I+D para todo público con la que el Laboratorio de Animatrónica y Control Dinámico del Departamento de Electrónica de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (UNC) participará de la mayor muestra de ciencia, arte y tecnología. [04.07.2012]

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Hace 65 o 70 millones de años la Tierra era habitada, entre otras especies, por Pteranodones, reptiles alados prehistóricos de la familia de los Pterosaurios. Un poco más cercanos en el tiempo y en la geografía, los Gliptodontes poblaban lo que hoy conocemos como América del Sur, en la región chaco-pampeana, hasta hace unos 10 mil años.

Distintos y distantes en el tiempo, Pteranodones y Gliptodontes, confluirán en el Parque del Bicentenario en Villa Martelli (Buenos Aires) para sorprender a los visitantes de Tecnópolis 2012, la megamuestra de ciencia, arte y tecnología del país que por segundo año consecutivo convocará a toda la Argentina.

Allí cobrarán vida gracias al trabajo multidisciplinario del Laboratorio de Animatrónica y Control Dinámico del Departamento de Electrónica de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (UNC), un lugar –hasta ahora el único en el país– en el que se conjugan los conocimientos de ingenieros, biólogos, químicos, paleontólogos, paleoartistas, programadores y mecánicos, para “volver a la vida” a especies animales ya extintas.Tauber-Pailos-Papolio.png

Animatrónicos universitarios

Cada especie enmarcada en su hábitat natural y su época, el Gliptodón en el período Cuaternario (el último de la Era Cenozoica), y los Pteranodones en el Cretácico (el último de la Era Mesozoica), caminará uno y volarán los otros brindando a los espectadores una experiencia inigualable.

Hugo Pailos, ingeniero, ideólogo y director del laboratorio, afirma que es todo un desafío “mover algo que vivió hace miles o millones de años y que ya no está”. Sin embargo esto se hace en la Argentina, en el marco de una Universidad Pública próxima a cumplir 400 años, combinando investigación y conocimientos científicos con desarrollo tecnológico y arte.

Trabajo multidisciplinario

Desarrollar y construir un animatrónico como los que “habitarán” Tecnópolis implica, a grandes rasgos, definir la especie con la que se trabajará para que los paleontólogos y los biólogos brinden información acerca de la mecánica probable del animal. Sobre esa base, los ingenieros proponen una mecánica simplificada que se desarrollará con servomotores (motores eléctricos generalmente usados en Pteranodonrobótica). “Es todo un reto colocar esos motores en lugares donde queden disimulados y no modifiquen la morfología del animal”, agrega Pailos.

Los mecánicos eléctricos y los programadores, por su parte, diseñan y configuran el cerebro electrónico que llevará el animatrónico. Otro aspecto fundamental a la hora de “animar” especies ya extinguidas reside en el trabajo de los químicos y los paleoartistas, quienes se encargan de simular la piel o las escamas, según el espécimen en cuestión, para otorgarles un carácter aun más real. Lo hacen principalmente con látex.

La magia de mover lo que ya no existe

Pailos explica que el Gliptodonte será comandado mediante un joystick inalámbrico, mientras los Pteranodones tendrán un sistema automático que los hará volar –suspendidos desde el techo– a través de una computadora lógica programable.

Mientras los Pteranodones “volarán” por un paisaje de acantilados acompañados de una banda sonora especialmente creada para esta ocasión, el Gliptodonte caminará entre piedras y pastizales.

Si bien fueron realizados tal cual se veían en el pasado, fueron desarrollados a una escala de tamaño inferior al que tenían en realidad. El Gliptodonte media unos 2,5 metros de largo, el doble del tamaño del que se verá en la feria de ciencia y tecnología, en tanto los Pteranodones tendrán una envergadura de 2 metros (de ala a ala) contra los 6 metros que llegaron a medir en el Cretácico.
 

Gliptodonte

El nombre científico de la especie que estará representada en Tecnópolis es Glyptodon reticulatus, uno de los mamíferos fósiles más representativos de nuestra fauna argentina de la “Era del Hielo” (cuaternaria).

El tamaño real de este animal alcanza los 2,5 m de longitud desde la cabeza hasta la cola, llegando a pesar en vida unos 1.500 kilogramos. Los dientes y la forma del aparato masticatorio sugieren que era un animal qué se alimentaba esencialmente de pasto y, por lo tanto habitó las extensas llanuras con pastizales que caracterizaron a la región Chaco-pampeana y principales valles de las sierras centrales de Argentina, durante el Pleistoceno tardío y el Holoceno temprano (hace de esto entre 8 mil y 500 mil años). Algunos restos de esta especie fueron hallados en enterratorios de los primeros seres humanos que habitaron en nuestro país.

Pteranodon

Los cielos prehistóricos fueron surcados por los gigantescos Pteranodones, reptiles con alas sin plumas ni dientes. El Pteranodon es sin dudas el más popularizado dentro del grupo de los Pterosaurios ya que ha sido representado en infinidad de películas y libros durante el siglo XX y XXI.

Descripto por Othniel Marsh, uno de los más prominentes paleontólogos de fines del siglo XIX, ha sido muy estudiado, al punto de tener mucha y muy buena información acerca de su anatomía, crecimiento, diferencias de género, su vuelo. Por esta razón se convirtió en el candidato óptimo para intentar traerlo a nuestros días como un robot animatrónico.

Por Mariana Mendoza | mmendoza@comunicacion.unc.edu.ar

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